Monday, November 30, 2009

En la historia amarga de la guerra civil española, una baja no recordada es el olvido de las brigadistas internacionales. Ellos eran ciudadanos de países neutros que venían a España para luchar por la República. Eran comunistas, anti-fascistas, socialistas, y en algunos casos estudiantes universitarios. Venían de Rusia, Inglaterra, Alemania, los Estados Unidos, Francia, y 47 países más. No traían más que su persona y a veces armas. No eran un grupo de un gobierno, no eran organizados, no tenían el apoyo de un estado. Sólo eran individuos que luchaban sencillamente por haber sentido la solidaridad del pueblo democrático. Mas, desgraciadamente, su contribución a la defensa de libertad ha sido marginalizada en las décadas que seguían la fin de la guerra.
Al final de 1938, el Primer Ministro Juan Negrín de la II República Española prometió la ciudadanía a todos los brigadistas. Con el fin de la República después de su derrota en la guerra civil, esta promesa no pudo haber sido realizado. Los brigadistas habían habido de esperar más de 60 años, hasta el 26 de enero, 1996. Durante los años del régimen franquista, por supuesto los enemigos de Franco no eran conmemorados. Pero hoy día, todavía hay algunos que no pueden recordar la existencia de las Brigadas Internacionales, o jamás supieron de ellos. La travestía de la guerra les hacen a los españoles no querer recordar la guerra y por eso hoy día hay mucho debate sobre la veracidad de muchos de los acontecimientos. El olvido de la contribución sin esperar de ser recogido de unos 35.000 de personas de 53 países es una lástima, no sólo para España pero para la historia en general. La lucha de la democracia contra el fascismo empezó entre los años 1936 y 1939 y es algo que quizá hayamos olvidado.
En sus países maternos, en vez de recibir una bienvenida de héroes, recibieron los brigadistas consecuencias legales o políticas. En Suiza, aunque el público apoyó a la República, había una ley que prohibió que los ciudadanos lucharan por un servicio militar extranjero. Por violar esta ley, los sobrevivientes de los brigadistas, unas 600 personas, estuvieron juzgados y 420 fueron condenas de encarcelamiento. En marzo de 2009, el parlamento suizo rechazó por la tercera vez una proposición de perdonar a los brigadistas. En los EE.UU., los brigadistas recibieron el título oficial “premature anti-fascists” (antifascistas prematuros) por el FBI, denegados promociones en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, y a veces interrogados por comisiones anticomunistas del Congreso de Senador McCarthy.
Sin embargo, en otros países, como la República Democrática Alemana (RDA) y Francia, ellos han recibido reconocimiento como héroes. En Francia, recibieron el estatus legal de “anciens combattants”, o guerreros antiguos, y todos los derechos de este título, como si fueran soldados en el ejército de Francia durante la primera guerra mundial. En la RDA, un país que era en busca de una identidad nacional durante la guerra fría, los brigadistas alemanes fueron elogiados como héroes folklóricos y nacionales, una especie de mito, de una lucha más amplia entre el ejército ruso y comunista contra el mal del fascismo. Los alemanes creen que los brigadistas voluntarios de su país representan lo ideal de un soldado comunista: luchar sin reconocimiento, por la libertad de los vecinos, y dar la vida por el bienestar del comunismo.
Ahora que ha pasado la era en Europa de la dicotomía entre el fascismo y el comunismo, podemos ver atrás a las Brigadas Internacionales con un punto de vista más neutro. Es decir, si apoyaron o a un lado o al otro, su sacrificio debe ser conmemorado. Y en realidad hoy hay monumentos a los brigadistas en San Francisco, en La Mancha, Escocia, Alemania, Francia, y Ottawa. También en el arte hay películas y obras literarias elogiando la lucha de los voluntarios republicanos, lo más famoso la novela de Hemingway “For Whom The Bell Tolls”. Son elogiados también en películas como “Tierra y Libertad.” En estas obras de arte, los brigadistas son pintados como un elemento humano, es decir, que no tenían que ver con los políticos en vez de su sacrificio indiferente a su lealtad.
Lamento que estemos olvidando las Brigadas Internacionales. Unos 14.000 combatientes voluntarios se murieron pos un país que no fuera su propio. Los debemos recordar por los frases funestas de Hemingway: “No man ever entered earth more honorably than those who died in Spain.” (Nadie enterró más honradamente que los que murieron en España).

http://olvidatuequipaje.blogspot.com/2009/08/el-ejemplo-de-las-brigadas.html. Agustín Lozano de la Cruz, publicado en la Revista Trasversales, núm. 14, primavera 2009.
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Descubierto/Nueva/York/filme/inedito/brigadistas/Ebro/elpepiespcat/20090822elpcat_2/Tes. Acceso del 17 de Nov., 2009.
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Idealismo/elpepiespcat/20091017elpcat_16/Tes. Acceso del 17 de Nov., 2009.
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Diario/brigadista/fusil/elpepirdv/20090822elpepirdv_5/Tes. Acceso del 17 de Nov., 2009.
Premature antifascists and the Post-war world, Abraham Lincoln Brigade Archives - Bill Susman Lecture Series. King Juan Carlos I of Spain Center at New York University, 1998. Accessed 2009-11-09.

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